lunes, 22 de febrero de 2010

Vampiros

Ahora que están de moda las novelas románticas con protagonistas vampiros, he pensado que yo sería una vampira malísima. Dada mi forma de pensar tan escéptica con respecto a lo paranormal, si me sucediera algo así las consecuencias serían nefastas. En este tipo de novelas, la chica protagonista acepta con total alegría su nuevo estado y se dedica a disfrutar de su dieta líquida, pero yo pensaría que dado que los vampiros no existen al fin ha sucedido lo que tanto temía: ¡he perdido la cabeza! y me iría derecha al siquiatra.

La otra opción no es mucho más optimista. Como no me entraría en la cabeza el haberme convertido en una criatura de la noche, saldría a la calle a plena luz del día y mi marido me encontraría hecha un tostarrinón en el umbral. Por otra parte, la sangre no me entusiasma, y no sé si los vampiros pueden sobrevivir a base de morcillas. Ya me veo sorbiendo el líquido que queda en las bandejas de carne del súper. Porque no me creo capaz de chupar el cuello de personas desconocidas que no me han hecho nada. (Y además qué asco, andar por ahí chupeteando a cualquiera).

De todas maneras, si un hombre con el que estuviera me saliera con algo así como "estoy un poco muerto, y bebo sangre, pero te amo y quiero estar contigo por toda la eternidad" echaría a correr hacia la comisaría más próxima pensando que estaba saliendo con un psicópata.

No seré una criatura de la noche excepcional, pero está claro que soy la pesadilla de las autoras románticas.

lunes, 15 de febrero de 2010

Leyendas del Rock...y desvíos.

Me estoy preparando para ir al Leyendas. He mirado la lista de grupos que hay confirmados y he pensado en escucharlos poco a poco, con antelación, para ir prevenida. Barón Rojo, no hay problema, me sé todas las canciones. Manolo tiene todos los discos, algunos en cinta, otros en vinilo...es que somos de la edad de piedra; Obús... me defiendo. Leize: en este caso la fanática soy yo. Lujuria...bueno, no me gusta mucho hablar de sexo, así que de cantarlo a gritos ya ni hablamos, pero conozco algunos temas. Si tuviera que tararearlos me pondría roja como una amapola, pero yo no actúo. Vale. Busco Saratoga en internet, por empezar por algún sitio. Veo las fotos, voy al youtube y por el camino pienso... ¿Qué habrá sido de los Pistones, aquel grupo que tanto me gustaba en los ochenta? Y aquí me desvío completamente del tema.
Encontré mucha información sobre Pistones, (olvidando el Festival del Leyendas para mejor ocasión)biografía de los componentes, discografía completa, actuaciones en el programa Tocata y descubrí que eran el mejor grupo de este país. ¿Qué andaba buscando yo? Ah, sí, Saratoga, pero...antes voy a ver si encuentro algo interesante sobre Radio Futura. Genial, también son el mejor grupo de rock de España. Y aquéllos otros, que se llamaban Alarma!!! con Manolo Tena de cantante. Más videos, más discografía (breve) y nueva revelación. No tuvieron el éxito que se merecían aunque eran: ¡El mejor grupo de rock español de todos los tiempos! ¿no es increíble? Todos son los mejores. Es que yo tengo un gusto excelente. Pero (ataque de nostalgia aparte) estaba como al principio. Algún día seguro que consigo escuchar algo de Saratoga, y si es antes de agosto, mejor.

Barcelona.

En Barcelona vivíamos en una calle peatonal. Es estrecha y corta, dando por un lado a una plaza y por el otro a un paseo. Hace mucho tiempo que no voy, pero me han dicho que la zona se ha degradado mucho. A veces me entraba un rayo de sol oblicuo por la ventana, y si me asomaba, podía ver los tres negocios de enfrente: la tienda de congelados, un restaurante donde sólo servían comidas al mediodía y la verdulería.
El dependiente de la verdulería era un chico muy agradable; aunque nosotros hacíamos poco gasto (en mi nevera había generalmente un tomate demasiado maduro y un bote de mayonesa) siempre me saludaba como si fuera su mejor cliente. El caso es que la crisis para algunos ya dura un par de décadas, y lo digo porque un día, el chico ya no estaba. Manolo y yo nos preguntábamos qué habría sido de él, cuando paseando por las ramblas (como la negra flor, oye, que pasear es barato), le vimos sentado al lado de un mimo, vendiendo cuadros.
Desde que leí la frase "no te arrepientas de lo que has hecho, sino de lo que no has hecho" la incorporé a mi filosofía de vida, y ésta es la tercera de las tres cosas que me arrepiento de no haber hecho: no le compré un cuadro. Otro día os hablaré de las otras dos. En parte fue porque no teníamos un duro, en parte porque pensé que igual se sentiría humillado si le reconocíamos, pero no le compré el maldito cuadro.
Esta historia no tiene un final feliz ni triste tampoco, sino real como la vida. Al cabo de dos o tres meses, el chico estaba de nuevo en la verdulería, saludándome como si fuera su mejor cliente, sonriente y activo... nunca supimos siquiera su nombre.

lunes, 8 de febrero de 2010

Al Leyendas del Rock

Este año nos vamos al Leyendas. Sí señor. tenemos a los niños colocados, a los perros también, la reserva del hotel hecha... Me hace especial ilusión porque se realiza en el pueblo donde yo pasaba mis vacaciones en la infancia: San Javier. No creo que nadie me recuerde, pero no importa. Pasearé por las calles y veré a dónde me lleva la memoria. Luego iremos a la playa, y caminaremos durante una hora mar adentro hasta que el agua nos llegue a las rodillas (ventajas del Mar Menor: es difícil nadar, pero no te ahogas), comeremos por ahí y por la tarde: ¡Festival!

Hace dos años acudimos a Mazarrón, como siempre organizándolo todo a ultima hora; todo el año hablando del tema para al final, prepararnos deprisa y corriendo, alojados en un hotel a casi 30 kilómetros. Llegamos el segundo día, registrándonos en el hotel y saliendo sin descansar en dirección al recinto. No sabíamos la dirección exacta, pero no fue necesario: nos bastó con seguir a toda la gente vestida de negro que circulaba en una dirección. A la hora de cenar estaba tan cansada que me dormía encima del arroz tres delicias (sólo había sitio en un chino). Quería ver a Ñu, pero no podía con mi alma, y terminé sentada en el suelo, mirando con cara de perro a Manolo, que estaba tan fresco. Jose también se había dormido, aunque no se le notaba, porque estaba de pie.
Cuando conseguimos arrancar a Manolo de su éxtasis e irnos a dormir, ¡nos perdimos! Finalmente en la ruta correcta, se mantenía muy silencioso mientras Jose y yo comentábamos el estado de la carretera. Me di cuenta de que respondía con gruñidos, pero lo achaqué a nuestra prematura retirada. Estaba equivocada; resulta que el coche iba en la reserva, no había gasolineras abiertas (ni cerradas, si a eso vamos) y estaba temiendo que no llegaríamos. Como es muy generoso, y lo comparte todo, nos hizo partícipes de sus temores, obteniendo a cambio calurosas muestras de apoyo del estilo: ¿pero tú estás tonto o qué? Mira que debajo de nuestro hotel hay una gasolinera, so bobo. Expresó su gratitud con gran efusión y al final llegamos a nuestro destino completamente alterados, nerviosos y por supuesto, despiertos.

Por eso, esta vez me he empeñado en organizarlo todo por anticipado. Y como siempre sucede, algún imprevisto vendrá a estropearme la cuidadosa planificación. La de cosas que pueden pasar en seis meses, me ponen los pelos de punta. Crucemos los dedos...